Hermosa tierra donde las
estrellas hablan del amor
Santa Cruz es un departamento pujante, es desarrollo, es abundancia, es futuro. Gilberto Rojas regaló a tan bello escenario las notas de un pentagrama que corea “Viva Santa Cruz”, hermosa tierra donde “las estrellas hablan del amor”.
Actualmente la capital cruceña es una urbe dinámica y emergente, en proceso de consolidar su desarrollo y su gran potencial agrícola, con un incipiente aprendizaje respecto a la importancia de configurarse como una ciudad productiva.
Y si bien hoy en día la vida del Santa Cruz de antaño transcurre en una apacible calma, que se puede confundir como un sedentarismo citadino, en realidad detrás de esta aparente letanía se está formando un pueblo pujante, lleno de inquietudes de progreso y esperanzas de paz, con cimientos firmes y sólidos.
EL NUMERO 24
El 24 es un número abundante, relacionado con las horas que tiene un día. Por eso Santa Cruz es un departamento pujante, es desarrollo, es abundancia, es futuro. El 24 de septiembre de 1810 los pobladores de esta región dieron el primer paso hacia su liberación e independencia. Warnes y Cañoto fueron los principales héroes de esta gesta.
Lo que hoy constituye la capital cruceña antaño era conocida como Las Llanuras del Grigotá, por el pueblo chané, cuyos pobladores vinieron desde el Mar Caribe. El departamento se fundó a orillas del arroyo Sutó, en la serranía de Chiquitos, como una avanzada al este de los territorios ocupados por España, próximos donde hoy se asienta San José de Chiquitos, recordado como Santa Cruz la Vieja.
Fieles y devotos a la Virgen de Cotoca, hoy los cruceños elevan sus oraciones en el santuario erigido en su honor, para luego entretenerse en las Lomas de Arena del Palmar, producto de la erosión eólica sobre sedimentos arenosos o rocas consolidadas, que permiten apreciar un paisaje de estructuras y formas naturales sin parangón en la región.
Santa Cruz es un departamento pujante, es desarrollo, es abundancia, es futuro. Gilberto Rojas regaló a tan bello escenario las notas de un pentagrama que corea “Viva Santa Cruz”, hermosa tierra donde “las estrellas hablan del amor”.
En sus márgenes se encuentran la Chiquitanía y el imponente Fuerte de Samaipata, ambos reconocidos como patrimonio cultural y natural de la humanidad por la Unesco. Situado a 1.950 metros sobre el nivel del mar, el fuerte se asienta en las primeras estribaciones de la Cordillera Oriental, en la región de los valles orientales.
SAMAIPATA
Este sitio arqueológico, que fue un centro administrativo del periodo prehispánico, quedó como testimonio de una cultura que supo hacer de las montañas sus principales centros ceremoniales. En ese atractivo paisaje, de hermosas vistas y exuberante vegetación, se erige como el prototipo de arquitectura y arte rupestre de mayor impacto en el continente americano.
Samaipata es pueblo de habitantes sencillos y tranquilos, que viven en un clima de eterna primavera. Próxima a esta localidad se encuentra ubicado el monumento rupestre prehispánico más grande de América: El Centro Ceremonia “El Fuerte”, que se constituye en uno de los mayores atractivos culturales de la región de los valles de las sierras cruceñas.
Además, se presenta a los ojos de los turistas la que probablemente sea la piedra esculpida más grande del mundo.
CHIQUITANIA
La originalidad arquitectónica, las tradiciones y expresiones del sincretismo cultural que perviven, el color y el uso de materiales del lugar trabajados artísticamente dieron lugar a que en 1990 la Unesco declare: “Patrimonio Cultural de la Humanidad”, a las poblaciones de San Javier, San Rafael, San José, Concepción, San Miguel y Santa Ana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario