jueves, 11 de agosto de 2016

Brilla La Paz


Pedro Domingo Murillo el 9 de julio de 1089 se destacó como la figura central del alzamiento que estalló en La Paz el 9 de julio de 1809. Hoy las voces se multiplican en el tiempo y en el espacio, es esta ciudad más cercana a la luna que al mar: Piedras, adobes, ladrillo, tejas, arcos, patios, aljibes y recovecos juntan una historia infinita en el horizonte  prehispánico La mayoría de los nombres de calles y plazas recuerdan a los héroes de julio: Murillo, Indaburo, Sagárnaga. Por esas zonas se siente todo el mestizaje que da la personalidad a la ciudad.

Nuestra ciudad da brillo desde una perspectiva turística  a la cuna de heroicos hombres; La Paz madre cariñosa que no pregunta al visitante de donde viene o cuanto trae. Las frases que llevamos como guía: “Los discordes en concordia. En Paz y amor se juntaron y el Pueblo de Paz fundaron para perpetua memoria”, no quisiéramos que sean una ironía. Los discordes jamás se juntaron para hacer de este escenario un pueblo sin paz. La ciudad llora porque la vemos herida por el tronar de la dinamita, con protestas justas o injustas.

Si las tradiciones son las noticias de lo íntimo al correr de  los tiempos, una mirada a nuestra ciudad representa un ensayo de la geografía del alma y encarna la naturaleza de nuestro espacio. La particularidad del sentimiento heroico y la iracundia cívica del pueblo paceño tienen la oportunidad de manifestarse cada año al celebrarse el aniversario de la revolución juliana. La asistencia a la procesión de la Virgen del Carmen y la patriótica participación en el desfile cívico de teas caracterizan el comportamiento ciudadano complementándose con su visita a las verbenas populares. La expresión paceña demuestra ser la suma de un apasionado sentimiento local que configura el carácter de un pueblo que representa el crisol de la nacionalidad.

Más allá de la luz de un Bicentenario, es la hora de las teas, y no se ha de ver más que la luz. El simbólico fuego boliviano de La Paz, a veces se apaga provisionalmente. Pero su luz, el pensamiento de Murillo, sigue brillando, encendiendo por doquier nuevas teas, haciendo brotar por doquier nuevas centellas, guiando a los pueblos con una antorcha en la noche. Esa luz, nada podrá jamás apagarla.

Julio Ríos Calderón
DIRECTOR GENERAL
direccion@gbtbolivia.com




No hay comentarios:

Publicar un comentario