viernes, 9 de diciembre de 2016

Alonso de Mendoza fundó La Paz en un paraíso


Fernando Cajías, Roberto Choque y Carlos Mamani, historiadores bolivianos, explican detalles sobre el lugar y los habitantes aymaras y quechuas que encontró el conquistador español en 1548. 

Aunque existían mejores lugares geográficos y climáticos para fundar una nueva ciudad, el valle de la hoyada misma fue la mejor elección, porque desde ahí se podía controlar al mundo aymara. Esto afirma el historiador boliviano, Fernando Cajías.

Si yo hubiera podido elegir dónde exactamente fundar La Paz, optaría por los Yungas o Luribay, ambos con excelente clima, pero Alonso de Mendoza recibió una misión especial que le obligaba a situarse exactamente donde ahora estamos.

Las exigencias para la fundación eran: buscar un lugar que sirva de vínculo entre Potosí y Arica, por el mar, y entre Potosí y el Cusco, para controlar y vigilar al mundo aymara.

El historiador indígena Roberto Choque cuenta que los españoles, al ver la hoyada, una topografía completamente diferente y poblada ya por comunidades indígenas, decidieron instalarse e imponerle un nombre: “Nuestra Señora de La Paz”.

“El clima era más cálido porque estaba cubierto por montañas, era un valle donde ya habitaban algunas comunidades altiplánicas como los Kullipacas, pertenecientes al lado norte de Perú, Yunguyo, y algunas otras pertenecientes a Pacajes que permanecían allí por el llamado Cementerio de Oro”. 

La misión española era sentar presencia colonial en esta región. Así que no dudaron, pese a que en principio estaba bastante aislada y causaba algunos perjuicios, provocando que muchos de los comerciantes pasaran directamente por Laja o Calamarca, para llegar a Potosí o viceversa, comenta Choque.

Alonso de Mendoza, que en un principio tuvo oportunidad de conocer solamente el altiplano, encontró en el valle de Chuquiago —el nombre antiguo de la hoyada— dos atributos: agua y menos frío que sus alrededores. Así que hizo la elección.


Chuquiago se presentaba como un valle alto, completamente verde, con muchos ríos y el verde cubriendo su suelo. De esta característica nace el nombre aymara de chijini, que traducido al español significa pasto, lugar donde pastaban las llamas. Era una zona de mucha producción y donde se disponía de aguas cristalinas por efecto de numerosos ríos que atravesaban el lugar.

Otro de los historiadores indígenas, Carlos Mamani, cuenta que en este valle elegido por el capitán Mendoza dominaban los Pacajes, pueblos ubicados en plena hoyada. Aunque también existían otros agrupados en el Chinchasuyo, región perteneciente al imperio incaico, y los Lupacas, pueblo ubicado al norte del Desaguadero.

“Esta población preexistente tenía características muy distintas a las actuales, por ejemplo, la cancha era antes el centro de la región y estaba construida con murallas cerradas que daba la impresión de una plaza principal amurallada de tal manera que sobre ella estaban las construcciones más importantes.

Esta población estaba conformada por gente que se dedicaba a lavar oro, pero también a las actividades agrícolas tanto de Pacajes como del imperio incaico”.

Algo que motivó a que Chuquiago se convierta en ciudad española fue que el camino entre La Paz y Lima era muy largo y la ciudad más próxima entre ambas era Arequipa. Así que se buscó un punto intermedio que además debía servir de descanso en el tramo Potosí-Lima, para los españoles que estaban de viaje a esas regiones. Actualmente, estos dos lugares de importancia en la ciudad son la plaza de Alto Lima y Villa Nuevo Potosí (El Alto) exactamente donde hay dos pequeños obeliscos.

Cajías cuenta que aunque era un lugar geográficamente distinto a otros, su belleza montañosa y verdusca causaba impacto en quienes la visitaban por primera vez.

“Cuando Tiwanaku cayó, la región empezó a ser de dominio aymara, pero de un señorío que se denominó Pacajes, ya que los propiamente aymaras nunca lograron hacer un conglomerado, teoría apoyada por la toponimia, basada en nombres como Calacoto y Callapa que pertenecen al señorío de Pacajes", explica el historiador y catedrático.

Posteriormente pasó a dominio incaico, donde ya existían muchas comunidades que trabajaban en diferentes tierras como Achumani y Sopocachi, los que ya estaban organizados política y religiosamente.

El nombre originario, Chuquiago, tiene dos acepciones: "heredad de papa" y "heredad de oro". Lo que ayuda a confirmar que era una tierra de cultivo de papa y que su río principal (Choqueyapu) tenía oro.

La población central en ese tiempo estaba en Churubamba, la que le salió al paso a Alonso de Mendoza. Allí mandaba el Cacique Quirquincha (otros historiadores como Teresa Gisbert y Silvia Arze dicen que Quirquincho) que fue el último gobernador indígena.

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