El potosí fue una moneda de mucho valor en la época colonial española de Bolivia, tenía un peso económico en su cotización monetaria como ocurre actualmente con el dólar estadounidense y el euro.
Esta moneda también fue de carácter o de circulación universal; por medio de esta unidad monetaria se podía realizar el intercambio con las demás monedas de acuerdo a la equivalencia o el valor, ejemplo una peseta equivalía a un "potosí", o con un franco francés o una libra esterlina.
Fue una de las monedas más competentes en la economía bancaria. Su primer banco financiero y acuñación fue en la Casa de la moneda que queda actualmente en la ciudad de Potosí (Bolivia), gracias a ella la ciudad de Potosí de aquella época desarrolló la gran explotación de minerales como la plata en el Cerro Rico y por medio del gran desarrollo industrial, textil, laboral etc., así también la concentración de la economía mundial permitió a que la ciudad de Potosí fuese una de las primeras ciudades del planeta, al igual que Nueva York, París, Londres, Madrid, Tokio o Shangai, al convertirse en receptora de inmigrantes que llegaban de diferentes partes del mundo, en busca de buenas oportunidades que podría denominarse el "Sueño potosino".
Tal como ocurre actualmente con el dólar o el euro, si una persona de la nobleza en aquellos tiempos sin importar cual era su lugar de origen deseaba comprar un traje de fina calidad y preguntaba cuanto valía ese traje, el vendedor le respondía: "Vale un potosí".
INICIOS DE LA
CASA DE MONEDA
La sorprendente extracción de la plata del Cerro Rico, el crecimiento de la población, la expansión del comercio y el inesperado auge que alcanzó la ciudad de Potosí, entre otros factores, creó la necesidad de organizar un centro de acuñación. Los problemas para continuar con la acuñación en la Casa de Moneda de Lima y la abundancia de plata en la Villa Imperial de Potosí causaron que la ceca limeña fuese cerrada en1572 y sustituida por la ceca de Potosí por órdenes del virrey Francisco de Toledo. La ceca limeña fue reabierta en 1581 por el mismo Toledo.
Antes de instalarse una Casa de Fundición y de Moneda en la Villa Imperial de Potosí, el modo de beneficiar la plata era fundiéndola con plomo al igual que los indígenas en unos hornos rústicos llamados guairas. Los españoles copiaron este procedimiento y mandaron construir 6.000 hornillos y echaron allí los minerales de plata, sin mezcla de otro alguno, siendo dóciles, corrientes y de toda ley, y daban fuego hasta derretir la plata quedando aparte la escoria.
Años más tarde se llegó al beneficio mediante el azogue, creado por Pedro Fernández de Velasco que lo enseñó en Perú en 1571 e introducido en Potosí por el virrey Francisco Álvarez de Toledo, al año siguiente.
Respecto a la moneda, circulaba el metal argentífero sin sellar que tuvo la denominación de plata corriente. En 1572 Toledo se quejaba que desde diez leguas de la Ciudad de los Reyes acá, “no sólo no corre moneda acuñada, pero aún ni un real he visto”. En su visita a esta Villa en diciembre de 1572, ordenó la construcción de varios edificios públicos reorganizando con criterio urbanístico la ampliación de calles y plazas y mandó al mismo tiempo la edificación de una casa donde se amalgamara y fabricara moneda de plata.
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